Faltaba media hora para que iniciara la ceremonia del Oscar en el Teatro Dolby de Los Ángeles cuando los encargados de transmitir el programa en una pantalla gigante en la plaza de Tlaxiaco, la tierra de Yalitza Aparicio, se dieron cuenta que en ese lugar de la Mixteca Alta de Oaxaca una antena casera de PVC no funcionaría.
Half an hour before the 2019 Oscars were set to begin at the Dolby Theater in Los Angeles, the people in charge of setting up a stream of the event on a big screen in the main square of Tlaxiaco—Roma star Yalitza Aparicio’s hometown in the Mixteca Alta region of Oaxaca—realized that their homemade PVC antenna wasn’t working.
Urgía que la pantalla gigante instalada por el gobierno local unos minutos antes transmitiera el Canal Azteca Siete cuanto antes, o de lo contrario la gente que ya estaba dispuesta a celebrar los triunfos de Roma se iría. A fin de cuentas, pasar tres horas sentado en una silla metálica bajo la intemperie y el frío no parece una actividad tan cómoda.
The screen had been installed by local government officials just a few minutes before, and it was imperative that the Azteca Siete channel come on right away. If not, the people gathered to celebrate Roma’s triumph were liable to leave. After all, sitting on metal chairs exposed to the elements in cold weather is not the coziest way to spend three hours.
Los planes dieron la apariencia de haberse improvisado. Primero, el anuncio oficial se hizo apenas un día antes por redes sociales y bajo el descontento de algunas personas de que el gobierno destinara recursos a proyectar un programa de televisión en vez de arreglar las calles. Después, que el Oscar coincidiera con el segundo domingo de Carnaval en Tlaxiaco, y una gran parte de la gente prefiriera pasar su domingo bailando cumbias y tomando pulque en jícara en el famoso reloj central que aparece en las postales de “Tlaxiaco: El París Chiquito” que ir a ver los Oscares, así estuviera nominada una paisana suya.
The event gave the impression of having been improvised. The official announcement had gone out only the day before on social media, amid some grumbling that the government would be using public funds to screen a TV show instead of, say, to fix the streets. There was also the fact that the Oscars were coinciding with the second Sunday of Carnival; it seemed that many would prefer to spend their Sunday dancing to cumbias and drinking pulque beneath the famous clocktower that appears on local postcards—“Tlaxiaco: the Little Paris”—rather than watching the Oscars, even if a fellow Tlaxiaqueña had been nominated for an award.
Además, los Oscares tuvieron la mala fortuna de coincidir con el Día de la Bandera en México. Así que la mayor parte del día, la plaza central de Tlaxiaco estuvo ocupada por alumnos de escuelas secundarias y militares realizando extensos homenajes a la bandera; formaciones militares, bandas de guerra y uniformes impecables llenaron este lugar desde la mañana hasta pasadas las 6 de la tarde.
Making matters worse, the Oscars had the misfortune of coinciding with Mexico’s Día de la Bandera (Flag Day). Which meant that for most of the day the central plaza of Tlaxiaco had been overrun with military school cadets and soldiers performing elaborate homages to the flag; military formations, marching bands, and impeccable uniforms filled the place until after 6 PM.
Las autoridades locales tuvieron menos de una hora para instalar una pantalla gigante, bocinas y lo que fuera necesario para ver a Yalitza desfilar por la alfombra roja de los premios más importantes del cine en el mundo.
The local authorities had less than an hour to put up the screen, the speakers, and whatever else was necessary to watch Yalitza make her way down the red carpet of the world’s most important film awards show.
A lo lejos, se veía una computadora y la antena de pvc color azul. Pero por más que la colocaron en lo más alto de la plataforma, nunca sintonizó el Canal Azteca Siete. Lo único que captó fue un programa en el Canal de las Estrellas llamado Cien Mexicanos Dijeron con El Vítor, un personaje de la televisión mexicana interpretado por el comediante Adrián Uribe, y que hace mofa del estereotipo de un hombre de clase baja que trabaja como chofer de un microbús en la Ciudad de México. Una réplica del programa estadounidense Family Feud.
One could, from a distance, see people setting up a computer and the blue PVC antenna. But no matter how high they raised the antenna, they couldn’t catch Azteca Siete. The only thing they could pick up was a show on Canal de las Estrellas (Stars’ Channel) called One Hundred Mexicans Said It with El Vítor, a show hosted by the comedian Adrían Uribe in the role of a stereotypical working-class Mexico City bus driver. It’s a replica of the U.S. program Family Feud.
–¿Qué es lo que más venden en los semáforos?– preguntó El Vitor en el programa transmitido a todo volumen en la plaza central de Tlaxiaco cuando la promesa del alcalde Gaudencio Ortiz Cruz dos horas antes había sido transmitir la ceremonia del Oscar. Quienes solo iban pasando por aquí, voltearon extrañados de que estuvieran pasando ese programa de comedia en un espacio público.
“What sells best at stoplights?” boomed El Vítor’s voice at top volume through the plaza, though mayor Gaudencio Ortiz Cruz had promised an Oscar broadcast two hours before. Passersby appeared perplexed at the broadcast of this ordinary TV comedy in a public space.
–Aquí no agarra más que el 2 y el 9– dijo uno de los encargados de resolver esta urgencia. Mientras conseguía un cable más largo para conectarse a una antena de SKY a la distancia. Pero esa estrategia tampoco funcionó.
“The only channels we can pick up are 2 and 9,” said one of those charged with resolving the emergency, as one of his colleagues went off in search of a long cable so they could connect to a SKY satellite dish. But that didn’t work either.
Después de cerca de media hora de ver hombres corriendo de un lado para otro, uno de ellos apareció con una antena azul del sistema VeTV. Parecía que todo estaba bajo control, excepto que tampoco sintonizaba nada e incluso describía una falla.
After nearly half an hour of watching these guys running around fruitlessly, one of them suddenly showed up with with a blue VeTV dish. It seemed everything was under control, except that this one didn’t pick up a signal, either.
Finalmente, alguien tuvo la idea de poner la antena de VeTV sobre una cubeta de pintura que a su vez estaba sobre una bocina, y sólo así se pudo completar la misión.
At long last, someone had the idea of putting the dish on top of a paint can that was in turn placed atop a speaker—and mission accomplished.
Cuando la pantalla proyectó la ceremonia del Oscar por el canal Azteca Siete estaban por entregar el premio a Mejor Actriz de Reparto y la gente comenzó a acercarse. Después de todo, el audio de las bocinas era bastante fuerte y llamaba la atención. Además, las vecinas salieron a vender panqués, pequeños pays, café y frituras de maíz.
By the time they got the stream set up, the non-hosts in Los Angeles were set to deliver Best Supporting Actress, and the crowd began to gather around the screen. After all, the speakers were at full volume—they demanded attention. Also, a few women began selling cakes, little pies, coffee and corn fritters.
Los mejores momentos de la noche, sin duda, fueron cuando Roma ganó Mejor Película Extranjera y Mejor Fotografía. Aunque moderadamente, la gente aplaudió y celebró. Causó más furor el mural llamado “Ña’a Ñuu Savi (Mujer Mixteca) realizado por el colectivo Pelota Mixteca en las paredes del mercado Benito Juárez, de Yalitza en su papel de Cleo, e inaugurado horas antes por el alcalde Gaudencio Ortiz y los artistas, donde por cierto el cantante Humberto Reyes presentó “El corrido de Yalitza Aparicio”.
The best moments of the night, without a doubt, were when Roma won for Best Foreign Film and Best Cinematography. The crowd cheered and celebrated, albeit discreetly. There had been more fervent cheering for the unveiling earlier that day of a mural depicting Yalitza as Cleo, entitled “Ña’a Ñuu Savi (Mixteca Woman)” and painted by the Pelota Mixteca collective on the walls of the Benito Juárez market. The dedication had been attended by mayor Gaudencio Ortiz and the painters, and the singer Humberto Reyes played a rousing rendition of “El corrido de Yalitza Aparicio.”
En la transmisión de Azteca Siete contrataron a un comediante de nombre Facundo que lleva más de una década promocionándose como un personaje irreverente de la televisión nacional, pero ninguno de sus líneas hizo reír a nadie en la ceremonia de Tlaxiaco.
Azteca Siete had hired a comedian named Facundo—who has spent more than a decade promoting himself as an irreverent personality on national television—to provide commentary for the ceremony, but none of his lines got any laughs in Tlaxiaco.
Cerca de la intervención de Mike Myers y Dana Carvey, al presentar la película de Bohemian Rhapsody, un río de personas llegó del Carnaval hasta donde se estaba proyectando la ceremonia. Estaban a unos minutos de ver si Yalitza Aparicio se coronaba como Mejor Actriz por su papel de Cleo en Roma. Y tener un motivo más para, de una vez, prolongar la fiesta.
Around when Mike Myers and Dana Carvey were presenting the montage for Bohemian Rhapsody, a crowd streamed into the square from nearby Carnival celebrations. The Best Actress presentation—and a potential motive to keep the party rolling—was only a few minutes away.
Un grupo de hombres con trajes típicos y máscaras se trajo una garrafa de pulque del Carnaval para continuar la borrachera justo a un lado de la pantalla. En realidad, no estaban poniendo atención al programa de televisión, estaban riéndose de sus propias historias.
A group of men in traditional costumes and masks gathered right next to the screen, passing a pitcher of pulque around. They didn’t seem to be watching the show, just laughing at their own jokes.
Cuando por fin se anunció el premio a la Mejor Actriz y el nombre de Yalitza Aparicio no se escuchó, el grupo de hombres rechifló y el resto de la gente se levantó de su silla. Poco les interesó que Guillermo del Toro le entregara el Oscar a Mejor Director a Alfonso Cuarón o que The Green Book le arrebatara el premio a BlacKkKlansman.
When the award for Best Actress was finally announced, and the name “Yalitza Aparicio” was not heard, the pulque-drinkers started booing, and everyone else stood up. They didn’t seem to care that Guillermo del Toro gave the Best Director Oscar to Alfonso Cuarón, or that The Green Book snatched the Best Picture prize from BlacKkKlansman.
Translated by Lucas Iberico Lozada